Al hablar de superficies de cuarzo, no es raro que surjan preguntas sobre cómo se comporta frente a productos grasos. El cuarzo, que es utilizada habitualmente en encimeras de cocina, está compuesto en un 90-95% de cuarzo natural mezclado con resinas poliméricas. Esta combinación le otorga una gran resistencia a las manchas. Comparado con otras opciones como el granito, el cuarzo es no poroso, lo que significa que es menos probable que absorba líquidos o grasas.
En mi experiencia personal con encimeras de cuarzo, he notado que, aunque son bastante resistentes, no son completamente inmunes a las manchas de grasa. Por ejemplo, si dejas aceite acumulado sobre la superficie durante varias horas, podrías empezar a notar una pequeña decoloración. Sin embargo, si lo limpias en menos de 30 minutos, lo más probable es que la superficie quede impecable. Se ha mencionado en varios informes de fabricantes de cuarzo que usar un limpiador suave y agua tibia basta para mantener la superficie en buen estado.
Una respuesta común a la pregunta sobre si este tipo de superficie se mancha es que, aunque el riesgo existe, la absorción es bastante limitada. Esto se debe a la estructura no porosa del material y a sus características de resistencia. Según algunas pruebas realizadas por empresas de fabricación, el impacto de manchas es menos del 5% comparado con materiales porosos sin sellar. Aquí puedes explorar más sobre el tema en artículos como el que habla de las diferencias entre el cuarzo y el granito [aquí](https://www.panmin.com.es/cual-es-mas-resistente-a-las-manchas-el-cuarzo-o-el-granito/).
A diferencia de los materiales porosos, el mantenimiento del cuarzo es sencillo. Es clave no usar productos de limpieza altamente abrasivos. En el caso de las manchas difíciles, se recomienda utilizar agentes suaves como el bicarbonato de sodio diluido. Grandes fabricantes en el sector han trabajado para mejorar las fórmulas de resina con el objetivo de aumentar la resistencia del cuarzo a manchas orgánicas. En la actualidad, marcas reconocidas han logrado extender la vida útil de sus productos hasta 25 años sin una pérdida significativa de color o integridad. También se debe tener en cuenta que el cuarzo tiene una resistencia notable a los impactos, con una dureza en la escala de Mohs de aproximadamente 7, lo que contribuye adicionalmente a su atractivo como opción para cocinas.
En definitiva, aunque el cuarzo no sea completamente a prueba de manchas, su capacidad para resistir la absorción y su fácil mantenimiento lo convierten en una opción favorable. No hay que olvidar que la clave está en el cuidado y mantenimiento regular que, si se hace correctamente, garantiza que estas superficies se mantengan en óptimas condiciones.